El objetivo del presente estudio sobre la obra de Cristina Rivera Garza es demostrar cómo esta autora mexicana maneja con maestría diversas herramientas narrativas que hacen que sus historias adquieran el calibre de un arte mayor dentro del panorama de la nueva novelística latinoamericana. A lo largo de tres capítulos subrayo las distintas maneras en que la autora conjuga forma y contenido para internarnos con efectividad en un mundo narrativo en pleno proceso de ebullición. En el primer capítulo estudio una serie de caracterizaciones en la novela Nadie me verá llorar (1999), resaltando las particularidades sociales de ciertos personajes y el impacto ideológico de sus discursos en un México de principios del siglo XX. En el segundo capítulo, en torno a La cresta de Ilión (2002), estudio el manejo del tiempo y el espacio para recalcar la interrelación que la autora forja entre espacio, lenguaje e identidad, de tal forma que consigue transgredir postulados tradicionales de género. Para finalizar, en el tercer capítulo analizo la colección de cuentos Ningún reloj cuenta esto (2002) para demostrar cómo, al jugar con el género del cuento y el ciclo cuentístico, la autora recrea un mundo polifónico como el que construye en sus novelas.