El presente artículo analiza los movimientos feministas recientes en América Latina a partir del modo en que operan los afectos, especialmente las modalidades y producciones del deseo en la configuración de sus prácticas y discursos. Una de las principales consignas y catalizador de las acciones en el espacio público del colectivo argentino Ni Una Menos es “Nos mueve el deseo”, que parte de una ética feminista de la vida, el placer y la agencia. El partido político colombiano “Estamos listas”, nacido como un colectivo feminista, postula el deseo de hacer política como un modo de llegar al poder político y mantenerse en él. En la performance “Un violador en tu camino” del colectivo feminista chileno LasTesis, la coreografía alterna poses acusadoras y humillantes con pasos de baile. Se observa así un activismo feminista y una política del deseo que opera en “la tensión entre el duelo y la fiesta, del dolor a la fuerza y la liberación de potencias”, en las palabras de la integrante de Ni Una Menos, Cecilia Palmeiro. Seguimos, de este modo, las premisas de la académica y militante feminista, Verónica Gago, para quien la potencia feminista se sustenta en un ‘deseo’ de cambiarlo todo que configura modos diversos de intervención política y estética.