El fútbol es un fenómeno de masas que provoca pasiones y decepciones en sus aficionados y en la sociedad en general. Un porcentaje muy alto de la población asiste cada fin de semana a alentar a sus respectivos equipos a los estadios de fútbol repartidos por todo el país. Pero no todo es felicidad y alegría en este espectáculo. Existe una cara desagradable y negativa que empaña la deportividad con la que se vive este deporte y en muchas ocasiones, lo que tiene que ser una fiesta se convierte en un infierno, o en lo que es peor, en una auténtica y literal guerra surgida por los enfrentamientos de los grupos ultras. Es aquí donde las administraciones e instituciones que están inmersas en este deporte, tienen que implementar medidas legislativas para minimizar y controlar a esta lacra que son las hinchadas radicales.