La situación de emergencia sanitaria y económica sin precedentes que estamos viviendo a nivel mundial debido a la pandemia ocasionada por el COVID-19 pone de relieve, más que nunca, la importancia que tiene fomentar el ahorro y la planificación financiera en los hogares. Es prioritario conocer el grado de resiliencia financiera (o grado de vulnerabilidad, en sentido contrario) de los hogares previo a la pandemia para poder anticipar las consecuencias de la misma y orientar mejor las medidas económicas y sociales. A raíz de esta situación, la comunidad académica ha alzado la voz, abogando por la necesidad imperiosa de promover políticas estructurales que fomenten la planificación financiera consciente por parte de los hogares como mecanismo de resiliencia frente a futuras crisis, véase Arellano y Cámara (2020). A pesar de los paquetes de medidas sociales y económicas puestos en marcha por los gobiernos de los diferentes países, entre ellos el de España, y por la Unión Europea, un buen número de hogares ha experimentado, y continuará haciéndolo en los próximos meses, una reducción intensa de sus ingresos. En España el total de trabajadores afectados por ERTEs ha ascendido a cerca de 3,4 millones. En algunos sectores más del 80% de los afiliados a la seguridad social han estado en dicha situación. A su vez más de 1 millón de trabajadores autónomos se ha acogido a la ayuda por cese de actividad. Si tenemos en cuenta que la población ocupada en España se sitúa alrededor de los 18,5 millones de personas, al menos un cuarto de la población ha sufrido una reducción importante de sus ingresos con ocasión de la emergencia sanitaria. En situaciones como esta, resulta patente que la acumulación de ahorro a lo largo del tiempo (denominada en la literatura “riqueza”) constituye un excelente mecanismo de precaución y estabilidad financiera con el que los ciudadanos pueden compensar reducciones temporales de ingresos. El análisis del estado de esta acumulación de ahorro o nivel de riqueza que poseen los hogares, previo a la situación de la crisis originada por la pandemia, permite evaluar el grado de resiliencia (y por tanto la vulnerabilidad en el sentido contrario) de las familias. La literatura lo hace a través de la estimación del tiempo que los hogares serían capaces de subsistir con sus ahorros en el hipotético escenario de una falta total de ingresos, escenario que desgraciadamente no es tan hipotético, sino bastante real para muchas familias, en las circunstanc...